Juan José Padilla, cuyo estado sigue en franca mejoría y podría pasar entre hoy y mañana a una habitación de planta del Miguel Servet de Zaragoza, fue informado ayer por los médicos del hospital maño de las heridas y posibles secuelas –pérdida de visión en el ojo izquierdo y parálisis facial del mismo lado– de la cornada sufrida el pasado viernes. Una noticia que el torero ha encajado «con mucha entereza». «Dentro de la gravedad, está eufórico, porque se nota sin fiebre ni infecciones, sano de cuerpo, y está convencido de que lo que le ha sucedido no le va a retirar; yo estoy seguro de que no se va a entregar tan fácil, luego la dureza de la recuperación le pondrá los pies en el suelo, pero tengo claro que, en cuanto pueda brincará a por el capote o la muleta, antes o después se volverá a vestir de luces», aseguró su hombre de confianza, Diego Robles. Así, el jerezano, que recibió ayer numerosas visitas de familiares, amigos y compañeros, como la de David Fandila «El Fandi» –que toreó por la tarde–, «va asimilando poco a poco las consecuencias» de la gravísima cornada. Precisamente en la tarde de ayer, los médicos analizaron en una pequeña charla con sus familiares la situación. «Nos han recordado que, por muchos avances que veamos en su estado por la fenomenal evolución que está teniendo, la parálisis facial y la pérdida de la vista son fijas, ahí no habrá solución... Si más adelante esa opción remota de que pueda ver llega, mejor; pero que no debemos hacernos ilusiones», expresó Robles al tiempo que afirmó que Padilla ya ha percibido un cierto «acorchamiento» en la zona afectada al serle reducida la sedación. En este sentido, los doctores también han comunicado al torero andaluz que «es muy probable que a largo plazo, cuando las heridas cicatricen y los huesos se hayan soldado, sea de nuevo operado». Pese a todo, su fortaleza sigue impresionando a todos. «Ahora que ya sabe con certeza lo que tiene, sólo le preocupan dos cosas: sus hijos y que no le sustituya en ninguna de las corridas que tiene contratadas en América», donde está anunciado en Lima (Perú), Valencia y Maracaibo (Venezuela) y Quito (Ecuador). «‘‘Nosotros vamos a América’’, me repite constantemente; no le vamos a quitar de los carteles, porque le dará vida, es un gran aliciente para él, luego el tiempo decidirá», concluye Robles.
lunes, 10 de octubre de 2011
DIEGO ROBLES no habla de JUAN JOSE PADILLA
Juan José Padilla, cuyo estado sigue en franca mejoría y podría pasar entre hoy y mañana a una habitación de planta del Miguel Servet de Zaragoza, fue informado ayer por los médicos del hospital maño de las heridas y posibles secuelas –pérdida de visión en el ojo izquierdo y parálisis facial del mismo lado– de la cornada sufrida el pasado viernes. Una noticia que el torero ha encajado «con mucha entereza». «Dentro de la gravedad, está eufórico, porque se nota sin fiebre ni infecciones, sano de cuerpo, y está convencido de que lo que le ha sucedido no le va a retirar; yo estoy seguro de que no se va a entregar tan fácil, luego la dureza de la recuperación le pondrá los pies en el suelo, pero tengo claro que, en cuanto pueda brincará a por el capote o la muleta, antes o después se volverá a vestir de luces», aseguró su hombre de confianza, Diego Robles. Así, el jerezano, que recibió ayer numerosas visitas de familiares, amigos y compañeros, como la de David Fandila «El Fandi» –que toreó por la tarde–, «va asimilando poco a poco las consecuencias» de la gravísima cornada. Precisamente en la tarde de ayer, los médicos analizaron en una pequeña charla con sus familiares la situación. «Nos han recordado que, por muchos avances que veamos en su estado por la fenomenal evolución que está teniendo, la parálisis facial y la pérdida de la vista son fijas, ahí no habrá solución... Si más adelante esa opción remota de que pueda ver llega, mejor; pero que no debemos hacernos ilusiones», expresó Robles al tiempo que afirmó que Padilla ya ha percibido un cierto «acorchamiento» en la zona afectada al serle reducida la sedación. En este sentido, los doctores también han comunicado al torero andaluz que «es muy probable que a largo plazo, cuando las heridas cicatricen y los huesos se hayan soldado, sea de nuevo operado». Pese a todo, su fortaleza sigue impresionando a todos. «Ahora que ya sabe con certeza lo que tiene, sólo le preocupan dos cosas: sus hijos y que no le sustituya en ninguna de las corridas que tiene contratadas en América», donde está anunciado en Lima (Perú), Valencia y Maracaibo (Venezuela) y Quito (Ecuador). «‘‘Nosotros vamos a América’’, me repite constantemente; no le vamos a quitar de los carteles, porque le dará vida, es un gran aliciente para él, luego el tiempo decidirá», concluye Robles.
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